En un intento desesperado por revivir a los viejos iconos del cine, a falta de creatividad para crear nuevos personajes, el director Samuel Bayer nos trae Pesadilla en Elm Street: El Origen, el reinició de la saga del terrorífico Freddy Krueger que ya cuenta con 10 películas (1984 – 2007).
A diferencia de sus predecesoras, esta nueva versión no cuenta con Robert Englund, actor que dio vida a Freddy en la anterior saga, dejando atrás una interpretación genial en los 80’s que dejó a más de uno sin poder dormir. A la película también se le suma una nueva imagen al asesino de los sueños, que sinceramente deja un mal sabor de boca a los amantes del personaje.
Como dice el título, el film nos muestra nuevos detalles de los origines de Krueger, cuando era el jardinero de una escuela infantil donde daba rienda suelta sus instintos sádicos y pedófilos; hasta que los padres de los niños decidieron tomar justicia por sus manos quemándolo vivo en una fábrica. Lo que sigue ya es cuento viejo, un grupo de jóvenes perseguidos que van muriendo uno a uno de la forma más sangrienta posible.
Salvo un par de escenas gore que vale la pena ver para los amantes de la sangre, solo es una película más; las actuaciones son básicas, usa los mismos clichés de cine de terror y no aporta nada nuevo; pero como toda película de Hollywood, es de esperar la secuela para fines del próximo año.
Lo mejor de la película es la canción de los créditos al final: 'Dream, dream, dream, dream, Whenever I want you, all I have to do is dream, dream, dream, dream'.
Carpe Diem.
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